.
Desde hace
muchos años venimos fortaleciéndonos como Movimiento Nacional Campesino
Indígena (MNCI). Aquello que nació en 1996 como articulación política en el
marco de la mesa nacional de organizaciones de la agricultura familiar, fue
tomando cuerpo orgánico y político a partir
del año 2003, donde varias organizaciones (algunos con mucha trayectoria
en el territorio provincial) fortalecimos la idea de construir un
movimiento de carácter nacional y
autónomo con desarrollo territorial y con la Soberanía Alimentaria y la Reforma
Agraria Integral como horizontes en el camino hacia una nueva sociedad, donde
no existan explotados ni explotadores, y en la cual convivamos con la madre
naturaleza sin agredirla como en la actualidad.
El camino es
lento y sinuoso, pero hoy podemos decir conformes de que el MNCI se ha
desarrollado en 10 provincias con una participación activa de más de 20 mil
familias campesinas e indígenas (del campo y la ciudad) y una acción
territorial que incide en más de 100 mil familias.
Son el
Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE - VC), el Movimiento
Campesino de Córdoba (MCC), la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST)
de Mendoza y San Juan, la Red Puna de Jujuy, Encuentro Calchaquí de Salta y
Mesa Campesina del Norte Neuquino, Giros (Grupo Independiente Rosarino
Organizado Solidariamente), y Organizaciones Comunitarias Urbanas de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires.
Algunas
organizaciones ya pertenecían a Vía Campesina internacional, sin embargo en la
V Conferencia Internacional de Vía Campesina la membrecía del MNCI fue
ratificada. Además integra la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones
del Campo (CLOC).
2. Contexto Actual
El modelo
neoliberal aplicó su propia receta donde la explotación de los bienes naturales
determina la ganancia “del agronegocio y mega-minería a cielo abierto”.
El agronegocio
dominado por grandes empresas transnacionales y grupos locales, controlando las
tecnologías logró la expansión de los monocultivos y los transgénicos, por
sobre la diversidad productiva de los cultivos campesinos indígenas, llevando a
la destrucción de montes, bosques y yungas, que garantizan una provisión
variada, suficiente y accesible de alimentos para el consumo popular en los
pueblos y ciudades.
Este modelo de agronegocio no quiere
agricultores en los campos. Las empresas mineras se instalan en territorios
campesinos indígenas dañando el agua, el aire y el suelo, y en algunos casos
por amenazas y violencia hacia las personas que son críticas con el modelo
minero.
Las familias que resistimos en nuestras
tierras sufrimos el deterioro de las condiciones de vida, sufrimos las
consecuencias del modelo: las dificultades para acceder al agua para consumo o
para producción, intentos de expulsión de la tierra en la que vivimos por
generaciones, las limitaciones para poder tener educación para nuestros hijos y
salud para nuestras familias, la violencia y la persecución a las familias que
decidimos defender nuestra tierra y nuestro modo de vivir.
Consideramos
que la soberanía alimentaria y la defensa de los bienes naturales son dos ejes
estratégicos por los cuales debemos trabajar todos los movimientos políticos y
sociales. La Soberanía Alimentaria entendida como el derecho de los pueblos a
producir y consumir alimentos sanos que satisfagan las necesidades y se adecuen
a la cultura de cada región. No será posible tal soberanía mientras la tierra y
el agua sean consideradas mercancías, tampoco si no podemos desarrollar
mercados locales en manos de las organizaciones populares. La tierra y los
bienes naturales deben ser regulados según su función social, ecológica y
económica.
En nuestro
país en los últimos años se han logrado algunos avances en favor del pueblo, la
fuerza popular se pudo acumular en los avances sobre DDHH, la recuperación
simbólica del rol del estado y políticas acertadas como la estatización de las
AFJP, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la Asignación Universal
por hijo, así como aspectos simbólicos de recuperación del proyecto popular. En
ese sentido pensamos en la acción realizada en Mar del Plata donde se le puso
fin al ALCA y la resolución 125 y su consecuente debate sobre el modelo sojero
y los agronegocios y la política de retenciones como dos momentos de
fuerte posicionamiento de proyectos
estratégicos. Claras disputas de modelos económicos.
El modelo
actual continúa basado en el saqueo y la explotación de los bienes naturales,
permitiendo que las trasnacionales extraigan las ganancias provocando altas
tasas de contaminación y afectando también la salud humana y las fuentes de
agua. La derecha agromediática y gran parte de la burguesía industrial han
definido claramente su intención de revertir los avances obtenidos por el campo
popular y volver hacia el neoliberalismo y la dependencia de EEUU y las
transnacionales.
|
BASTA DE DESALOJOS |
Entendemos que
es nuestro desafió aportar a la construcción de unidad en torno a un programa
mínimo y con miras estratégicas puestas en el ALBA. Como decimos en la
convocatoria al V congreso de la CLOC: En Latino América “Las nuevas
estrategias de construcción de alternativas que se conforman desde los sectores
populares, campesinos, trabajadores del campo y los pueblos indígenas dentro de
la interculturalidad existente en nuestras regiones, nos demandan impulsar un
amplio debate y construcción de iniciativas para empoderarnos del proceso de
integración de la Alternativa Bolivariana para nuestra América (ALBA), fortaleciendo
la unidad de acción y la integración que el momento histórico requiere.”
3. Justificación
En este
contexto, es que creemos necesario fortalecer la identidad nacional,
profundizar la formación de dirigentes sociales y establecer alianzas, es por
esto que celebraremos nuestro I Congreso del MNCI.
En septiembre,
del 10 al 14 realizamos nuestro I Congreso Nacional del MNCI, la I Asamblea de
Mujeres y la I Asamblea de jóvenes. Esto no se limita a la realización de 3
eventos en 5 días, sino que son una etapa de un proceso que lleva un año de
duración de formación y construcción política de las organizaciones de base del
MNCI en cada territorio del país, es un camino que culmina en un encuentro
masivo, participativo y formativo para los militantes y dirigentes de las
organizaciones del verdadero campo Argentino.
En el actual
contexto de lucha entre el modelo del agro negocio vs el de la producción
campesina indígena, es fundamental fortalecer las capacidades políticas y de
incidencia nacional y continental de las organizaciones del campo y la
realización del Congreso será fundamental para la garantizar la unidad de
acción y la construcción de mecanismos participativos para la articulación
efectiva y la comunicación entre las organizaciones.
En este
proceso, el rol central de la mujer campesina, indígena, se revela como
fundamental para garantizar un proceso de igualdad y justicia en la
construcción de las alternativas desde el campo, que permita a las
organizaciones superar las contradicciones que todavía subsisten en las
comunidades en relación a la equidad de género. Para ello, la I Asamblea de
Mujeres permitirá renovar el grito de
lucha de las mujeres, como protagonistas de los procesos de liberación de los
pueblos, así como seguir impulsando el trabajo de género en las organizaciones
nacionales que aún no lo han desarrollado en profundidad.
De la misma
manera, la problemática de los jóvenes del campo y las respuestas que desde las
organizaciones se dan a la emigración rural y la falta de oportunidades de
formación se van a poder coordinar y desarrollar desde el espacio que ofrece la
I Asamblea de Jóvenes, en la búsqueda permanente de la formación de nuevos
dirigentes que renueven y refuercen los procesos de conducción y articulación
de las organizaciones campesinas indígenas y de afro descendientes.
Como
entendemos que las transformaciones sociales no pueden realizarse desde un solo
sector y que es importante compartir nuestra visión con la sociedad, es que en
la instancia del congreso nos encontraremos con organizaciones populares,
amigas y amigos de distintos sectores sociales, funcionarios de gobierno y
todos los interesados en conocernos y acompañarnos en este proceso de
construcción de poder popular.
Nos
planteamos como desafíos:
·
Fortalecer la participación y organización en
nuestras bases
·
Consolidar nuestra identidad nacional
·
Ratificar la estructura orgánica, principios
organizativos, análisis de la coyuntura y bases ideológicas y políticas del
MNCI
·
Profundizar la formación socio-política de
nuestros delegados militantes, con plena inclusión de las mujeres y jóvenes,
garantía de nuestro presente y futuro de lucha
·
Establecer alianzas para los desafíos de esta etapa,
teniendo en cuenta que el modelo ha impactado fuertemente en los/as
trabajadores/as del campo y la ciudad, momento oportuno entonces para reafirmar
nuestra alianza de clase
·
Mejorar el diálogo entre las organizaciones
populares y el gobierno, e incidir sobre las políticas de desarrollo rural y la
participación de las organizaciones campesinas
|
BASTA! Mujeres luchando |
·
Fortalecer los movimientos sociales del
continente, que en el marco del ALBA y otros procesos de integración, sean
referencia y garantía de la participación organizada del pueblo en las
decisiones y rumbos estratégicos
·
Nuestro Congreso toma las bases establecidas en
nuestra V conferencia Internacional de La Vía Campesina: derrotar a las
transnacionales, lucha contra la OMC, campaña contra todo tipo de violencia a
las mujeres en el campo
·
Nuestro Congreso Nacional será parte del proceso
del V congreso de la CLOC a realizarse en Quito, Ecuador. Octubre de 2010.
4. Actividades:
10
de septiembre:
La I Asamblea
de Mujeres y la I Asamblea de jóvenes.
11
al 13 de septiembre:
Talleres
participativos sobre ejes trabajados durante todo el año en las bases del MNCI:
·
la reforma agraria
·
la soberanía alimentaria
·
los movimientos sociales en Latinoamérica
·
análisis de coyuntura en distintas niveles
·
los medios de comunicación y los formadores de
opinión.
11
al 14 de septiembre:
Feria de
productos y Festival cultural.
¿Cuáles son
nuestras propuestas?
·
Lograr una reforma Agraria integral que abarque
transformaciones económicas, políticas y culturales.
·
Exigir leyes que contemplen la realidad
campesina indígena.
·
Que el Estado garantice el acceso y la función
social de la tierra. Eso se puede realizar redistribuyendo las tierras
improductivas entre las familias que la necesitan.
·
Fortalecer las organizaciones y generar nuevas.
·
Que el Estado y sus instituciones reconozcan a
las organizaciones populares como actores prioritarios para el desarrollo de
políticas públicas.
·
Formar docentes campesinos indígenas y barriales
y tener una Universidad que revalorice y contemple los saberes populares.
Para esto
invitamos a más organizaciones a
sumarse, a movilizarnos
juntos en las ciudades y en el campo, a
intercambiar semillas y productos, a encontrarnos, a realizar pasantías
e intercambios, a
formarnos y a sumar más jóvenes. Y recuperando nuestra historia, reforzar los valores
campesinos indígenas como base para construir la nueva sociedad.
Porque nos reconocemos en las luchas de
otras organizaciones: asambleas populares, piquetes, fábricas recuperadas, los
organismos de derechos humanos. Luchas que son las nuestras.
Porque creemos que la integración de
las organizaciones populares es el único camino para construir un nuevo modelo
de desarrollo, que articule a diversos sectores del campo y la ciudad.
Por la Ley
Campesina Indígena!
Por que no
haya más un luchador procesado!
Por una
vida digna!
Territorio,
trabajo y justicia!
GLOBALICEMOS
LA LUCHA!
GLOBALICEMOS LA ESPERANZA!
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