Caminata contra el atropello sojero
“Tierras y bosques en muchas manos,
alimentos sanos para todos”
La marcha, organizada por el Movimiento Nacional Campesino de Córdoba, comenzó el pasado 25 de abril en Serrizuela, localidad ubicada al límite de La Rioja y concluirá mañana, 1° de mayo, en Córdoba capital.
La ruta 38 señala el recorrido, que atraviesa el valle de Punilla y pasa por diferentes centros turísticos como Cosquín y La Falda.
El Movimiento, forma parte también de la Asociación de Pequeños Productores del Noroeste de Córdoba (APENOC), que fue creada a fines de 1999 y concentra a 350 familias y 14 comunidades.
Rubén Santillán (Comunidad Paso Viejo), Luis Rodríguez (Comunidad del Sur), Jorge Villafañe (Comunidad Parcelas), Ramiro Fresneda y Mauricio Muchiutti hablaron de la situación del sector agobiado por los agronegocios:
“Los campesinos producimos alimentos, pero estos no están llegando a las ciudades, llegan las del agronegocio y esto pasa por diversos factores económicos concretos, para nombrar dos; uno es la distancia que nos separa desde donde nosotros producimos y el otro es la invasión de productos del agronegocio”
“Estamos proyectando estrategias que permitan acercar nuestros productos producidos con calidad campesina, esto tiene que ver con la sanidad, con la forma en que están tratados los alimentos y con la sistematización de esa producción. Por otro lado, parte de la estrategia consiste en mejorar los costos para que la gente de la ciudad pueda acceder a esos alimentos.”
“No es algo fácil tender este puente porque las políticas estatales van tendiendo a eliminar la vida campesina y no protegen a las familias porque estas en general mantienen la soberanía en la alimentación”
“La técnica del cultivo campesino va negociando con la naturaleza, por eso cuando uno tiene que trabajar, no trabaja de más, y si hay otras plantas en un cultivo no va a comprar veneno para eliminarlas. En el caso que moleste al cultivo se trabaja para sacarlas con la azada o alguna herramienta mecanizada, pero si no, se deja que convivan. Esto es muy fuerte en la vida campesina, se convive con otro vegetal. Inclusive cuando uno ve que hay ciertos bichos, dice ‘no importa porque seguro aparece otro bicho que le va a comer’. Esa es la filosofía.”
“Ahora los insectos se van de esas superficies plantadas con soja y vienen a nuestros lotes. También terminamos siendo reservorio ecológico por los desmanejos que hacen los agro-empresarios. Esto es un servicio a la humanidad y, sin querer, a los mismos que están produciendo este desequilibrio porque hay que controlar que los bichos no se hagan resistentes a los venenos que usan ellos“
“No usamos agroquímicos, nos resistimos fuertemente a esto, y en el caso del maíz no usamos híbridos, y mucho menos transgénicos. Es una cuestión ideológica. Debemos controlar las plantaciones de nuestros vecinos para que no contamine nuestra semilla. Entonces, desfasamos la siembra. Por ejemplo un vecino te siembra 10 hectáreas de un maíz transgénico, el viento lo lleva a tu campo, si florecen juntos, el transgénico va a polinizar tu maíz y va a quedar contaminado. Entonces, lo que hacemos es plantar antes o un poquito después.”
“Los empresarios aplican los venenos también cuando hay viento, no sólo no le importan los vecinos y sus cultivos sino que tampoco importan sus propios trabajadores”
“El agronegocio es cómo hacer para ganar más dinero, cómo maximizar la riqueza para provecho propio, en cambio ser campesino es una forma de ser/ estar en el mundo, y en este estar/ permanecer no existe el Estado. No hay salud, no hay educación para el campesino. Y tampoco hay políticas para los productores. Hay un modo de ser campesino y hay una agricultura sin agricultores. Hoy estamos desapareciendo.”
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